El silencio me invade por unos minutos, dejo que mi mente escriba lo que quiera expresar, pongo mi música melancólica y me deshago en unas pocas frases.
Tengo incertidumbres.
Por mi mente pasan una tras otra, imágenes de risas, enfados, locuras, travesuras, experiencias inolvidables que nunca olvidaré porque hacen parte de mí.
Pero, ahora, en mi nueva vida, seré como una tortuga que acaba de nacer y que tiene que llegar al agua del mar para poder sobrevivir. Me dejarán solo ante esa carrera, mi madre me soltará, iré corriendo, lucharé y llegaré a mi meta.
A partir de ahora tendré todas las cartas en mi mano, yo decidiré si quiero ganar o perder.
Quizás me equivocaré y echaré la carta que no es, pero aprenderé, me levantaré y haré todo lo posible para echar la buena y rezaré por mi suerte.
Seré libre, tomaré decisiones, dudaré, y como en esta vida no te regalan nada, tendré que ser constante, perseverante y sobretodo, tenaz.
Siento que mis alas están a punto de desplegarse, mi libertad nunca ha estado tan cerca.